En pausa.
Así quedan, de momento, mis harinitas.
Mi sobrepeso, mis 4 hernias de disco, mi maltratado hígado, el consejo de mi médico (bendita doctora) y otras razones que no vienen al caso han motivado mi alejamiento preventivo de la cocina. En fin, luchar contra las propias pasiones es un ejercicio de coraje y un sufrimiento que vale la pena. Seguro que sí.
Espero poder volver en breve y seguir compartiendo este amor por la cocina (en versión "panera" en este blog) con todos vosotros.
Recibid un afectuoso saludo.