19 marzo 2012

004 Pan de hierbas en maceta

Tomada de “El gran libro de la repostería”, Ed. Everest. Recetas recopiladas por Christian Teubner y Annette Wolter.

Engrasar dos macetas nuevas (sin pintar, sólo barro) de unos 14 cm de diámetro.

 Tamizar la harina en una fuente, hacer un hoyo en el centro desmenuzar en él la levadura (frotarse las manos con la levadura y harina en ellas) y trabajar junto con la leche, el azúcar y un poco de harina. Dejar fermentar esta masa previa espolvoreada con harina y tapada 15 minutos.

Pelar las cebollas y el diente de ajo. Picar muy fino las cebollas y majar bien el ajo.

Mezclar la mantequilla derretida con los huevos, las especias y el eneldo.

Majar el romero, incorporarlo con la mezcla de mantequilla a la masa previa y amasar todo junto. Trabajar la masa hasta que haga burbujas y dejar fermentar otros 15 minutos.

Calentar el horno a 225 grados (podemos ponerlo antes de la segunda fermentación).

Dividir en dos la masa obtenida. Rellenar cada una de las macetas engrasadas con la mitad de la masa obtenida y dejar fermentar de nuevo 15 minutos. Si está “sana” la masa, crecerá en cada uno de los levados.

Pintar las supreficie de los panes con agua y espolvorear anís por encima. Cocer los panes 40 minutos (CADA HORNO ES ÚNICO, REPITO) en la parte baja/media del horno.



Comentario importante (al menos, para mí):
Sé que en otros lugares (blogs, páginas, etc.) parece que sale SIEMPRE, TODO, BIEN. Todas las recetas son fáciles, sencillas, fantásticas, estupendas y salen a la primera. 
No es el caso. Para empezar, debo admitir que me tocó rectificar la receta porque algunos pasos del proceso los hice con la Thermo (la "mezcla-majado" de cebolla, huevos, especias, etc., así como un primer amasado inicial)   y metí un poco la pata. En segundo lugar, tal vez por la novedad no me fie del tiempo-temperatura de la receta, así que creo que no respeté los 40 minutos de cocción en el horno y creo que el resultado no es satisfactorio. Pensé que se haría demasiado por abajo, mira tú por donde. Un pan no terminado de hacer es un desastre, más te vale quemarlo y rascarle luego la corteza al estilo cutre cuchillero "tradicional", salvarás algo. Incluso creo que no salía bien de las macetas -a la mañana siguiente tuve que pelear con él- porque no estaba bien hecho o porque no engrasé bien, o por las dos cosas juntas (ver imagen a posteriori de la maceta... sin comentarios). Por último, la guinda: NO ME GUSTÓ el pan. Aunque hubiera salido perfecto, me atrevo a decir que no me hubiese gustado, porque no soy mucho de especias y esta preparación adquiere un sabor muy intenso. Aquel que sí "sea de especias", lo disfrutará mucho. Pero no es mi caso.



Así que esto ha sido un desastre, ¿no? Pues no. Ha sido una experiencia de la que aprender, ha sido precioso el proceso y el resultado espectacular, aunque sólo desde el punto de estético, aromático y personal-emprendedor. Es lo que tiene cocinar, no suele ser dos veces igual y el éxito, por supuesto, no está garantizado. Pero en este espacio pienso contar la verdad de mi experiencia, no pretendo que se convierta en un escaparate que engañe.

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